En cuestiones de belleza es verdad que muchas de las rutinas o tratamientos, sobre todo los más sencillos, podemos realizarlos nosotras mismas pero no es menos cierto que muchas veces, el resultado de los que requieren un poco de precisión merece que nos pongamos en manos de profesionales.
Me refiero por ejemplo, a la manicura. Cualquiera podemos salir del paso, limándonos y pintándonos nosotras mismas las uñas pero si somos sinceras a veces no conseguimos la calidad deseada, muchas veces por no utilizar los productos adecuados, otras por no seguir los pasos y las más por no respetar los tiempos.
Por todo esto, en mi opinión, es muy recomendable tener un centro de belleza donde podamos hacernos una buena manicura para ocasiones especiales o simplemente para darnos un capricho de vez en cuando.
Uno de los sitios en los que he estado últimamente en busca de la manicura perfecta es “Le petit salon”. Un sitio muy chic cuya entrada esconde lo que tiene detrás. Para poder ofreceros la versión masculina y femenina de manicura, me llevé a Fernando, conejillo de Indias oficial y cada vez más cerca de convertirse en un beauty victim por obra y gracia de Bys a byS.
Como todas las manicuras, empezó por el limado de las uñas en seco para darles la forma deseada. En mi caso, me preguntaron si las quería redondas o cuadradas y el largo, personalmente no me gustan las uñas redondas, así que elegí relativamente cortas y cuadradas. En el caso de Fernando, no hubo opciones. Afortunadamente, la manicura masculina solo tiene un camino.
Después, metimos la punta de los dedos en un bol con agua jabonosa para ablandar las cutículas. A continuación, nos aplicaron en las mismas un producto especial que las hidrata y que facilita su eliminación para terminar con un pulido ligero de la superficie de la uña.
Mis amigos, hombres, siempre dicen que los colores son los que son, rojo, amarillo, verde y como mucho morado y se ríen bastante cuando las chicas hablamos del azul pavo real, rosa chicle o verde menta. Nosotras sabemos de sobra que el problema viene de que los chicos no distinguen tantas tonalidades como nosotras y en un alarde de comprobar científicamente este punto, le pedí a Fernando que eligiera un esmalte de uñas para mi de entre los 30 ó 40 tonos de la bandeja de Yves Saint Laurent que teníamos delante, en su mayoría rojos. Por supuesto, su respuesta fue: «Pero si son todos iguales». Después de echarles una ojeada , se decantó por los dos más opuestos que encontró: rojo sangre y ciruela muy oscuro. El elegido fue Prune Minimale. He decir que el esmalte me aguantó 10 días. No perdió ni un ápice de brillo durante la primera semana, no se desgastó por la punta y por supuesto, cero desconchones. Su precio en El Corte Inglés es de 19,90 euros.
Mientras Fernando descubría toda la gama de rojos habidos y por haber yo disfruté de un minimasaje de manos. Después de esmaltar, un ratito al secador y con el top coat dimos por finalizada la manicura.
En el caso de Fernando, el proceso fue el mismo salvo por el esmaltado y eso que la esteticien nos dijo que cada vez los chicos se pintaban más las uñas de color negro.
La opinión general de la manicura es muy positiva. El local es muy bonito, las chicas profesionales y el precio en la media del barrio, 20 euros por la nuestra que fue la básica. Tienen la posibilidad de añadirle extras que podéis consultar en su web. Si en algún momento, queréis lucir una manicura bien hecha, no lo dudéis, Le Petit salon es vuestro sitio.
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